San Joaquín y Santa Ana: ¡Santísimos abuelos de Jesús y por tanto también nuestros!, hoy vengo confiada y muy esperanzada de que por ser ustedes los amadísimos padres de María, madre de Dios, su Hijo no les negará nada, por cuanto, gracias a sus cuidados y buen ejemplo hicieron de ella una santa.
¡Oh, mis amados abuelos! Quiero rogarles que intercedan ante Dios para que me complazca en el logro de mis sueños siempre que ellos sean para mi bienestar y el de mi sociedad. Él puede ver mi corazón y solo Él puede juzgar mis intenciones.
¡Abuelos!, ustedes que por su edad, experiencia y sabiduría saben entender lo oculto en las palabras repetidas mil veces buscando consuelo ayuden a esta pobre pecadora que hoy suplica por su protección y apoyo para hacer realidad este deseo. Amén